Tercer dia de Felicidad

Caminaba por la plazuela que nunca me agrado completamente y vi como sus ojos azules se fundían en el cielo y su bella sonrisa con el verde joven de los arboles. Lucia una polera blanca y una falda del mismo color, era el ejemplo mas vivo de belleza que había visto jamás. Caminando, me era imposible evitar los postes al mismo tiempo que la observaba embobado, así que me detuve, y fue entonces cuando aquellos impresionantes ojos me apuntaron, atrayéndome hacia ella como por arte de magia, casi era posible decir que mis pies se movían solos. Bordeaba los setos como si fuera un gato pequeño jugueteando en el parque, fueron milésimas de segundos hasta llegar a ella y fue entonces cuando mi mente impasible soltó la primera y tartamudeada frase, ¿como te llamas? (...)