29 marzo 2010

Una noche casi cualquiera.

Sus lágrimas reflejaban la angustia de su alma, y sus ojos el provenir desolado de su civilización. Nos hallábamos todos llorando por una tierra negra, que solía ser un hermoso valle rebosante de vida. Solo podíamos llorar por lo que había sucedido, donde la mayoría de nuestros hermanos se hallaban carcomidos por su avaricia. Observábamos con impotencia la vida mitómana que se estaba desarrollando, de momento... no podíamos hacer más...

2 comentarios:

Arkan dijo...

el futuro de la humanidad??

Unknown dijo...

el fin del primer mundo.