Estaba
saltando de una piedra en otra desde el arroyo menor, que entre paréntesis, no
hacía honor a dicho nombre, cuando vi una clase de cometa dirigirse a mí a toda
velocidad. Me atemoricé como jamás lo hubiese hecho y las piernas se me
durmieron haciéndome caer al piso. Todo esto sucediendo en apenas un segundo,
el objeto desapareció en un pestañeo para aparecer de nuevo en el piso,
dominando toda la energía gravitatoria que habría acumulado. Cuando por fin
pude cerrar la boca y calmar la impresión, comencé a notar una figura humana
tras el destello. Pero era distinta, esa figura erguía orgullosa unas
bifurcaciones luminosas que parecían alas. Si me lo preguntan, era un hermoso
cuadro fantástico de un ángel caído del cielo. Había escuchado miles de
historias en mi juventud sobre esos maravillosos seres, pero jamás en la vida
se me habría ocurrido pensar que esos seres realmente existían. Ahí otra vez,
estaba ese ser, mirándome con un rostro hermosísimo, tan descomunalmente
hermoso, que no podría decirte si era hombre o mujer. Después de pasado un
momento incomodo, en el que me quede observando entre impresionado y con cara
de desconcierto, sumándole mi boca abierta de par en par, la criatura
angelical, se puso a mi altura acercándose al suelo, me miro más de cerca y
dijo mi nombre... Creo que casi pierdo el conocimiento... Quede mas extrañado
aún, si es que podemos seguir agregándole sensaciones a mi perspectiva exacerbada
del momento, pero sí. Me hablo de algunas cosas extrañas que en el momento no
entendía, extrañas conspiraciones, problemas del mundo, demonios, criaturas mitológicas,
etc... Cuando alcance a reponerme un poco mas, le dije en tono irónico
"Mucho gusto, ¿cual es tu nombre?", a lo que me respondió muy
tranquilamente algo que no pude digerir en mucho tiempo. "El placer es
mio, mi nombre es Galiel, y soy tu ángel de la guarda", no se como
cualquiera esperaría que otra persona se tragara relajadamente palabras como
esas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario